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Sagrada Familia

   

En uno de los espacios más emblemáticos del mundo, el órgano del presbiterio es el primero de los diversos órganos que se necesitan para sonorizar un espacio tan grande como éste.

Como único órgano, hace las funciones como el acompañamiento litúrgico, eventos culturales y la sonorización del espacio durante todo el dia gracias a un sistema de reproducción automática que hace sonar el órgano cada media hora con las piezas que su organista titular, Juan de la Rubia haya programado.

Sus 26 registros deben llenar de música el espacio gigantesco, por esta razón su armonización es de gran presencia.

Se diseñó para poder soportar un entorno extremadamente sucio y con  mucho polvo debido a las continuas obras en el templo lo que provoca que se deposite mucha suciedad tanto en el interior del instrumento como dentro de sus conductos, canales, secretos y tubos.

Aun así, este instrumento aguanta perfectamente esta anómala situación para un órgano y un uso diario intensísimo.